14 de mayo de 2007

Y Juan Trepador bajo de su trono....

y se acercó a sus súbditos interesándose por sus problemas. Su piel de oso se convirtió en piel de cordero y su pueblo pareció en un primer momento desorientado. ¿Qué le ocurría a su señor? ¿Por qué esa amabilidad con sus súbditos? ¿Por qué esos saludos tan cordiales?

Pero el pueblo, que suele ser más inteligente de lo que piensan muchas veces sus gobernantes, rápidamente se dio cuenta de que lo que Juan Trepador pretendía con su nueva identidad era ganárselo; se acercaba una próxima convocatoria en la que sus monarcas de la corte real citaban a todos los siervos para elegir nuevo soberano del feudo. Juan lo sabía y temía que sus lacayos le diesen la espalda y tuviera que abandonar su señorío que con tanto engaño le habia costado ganar.