Juan Trepador se rodeó y escogió unos subordinados "entrañables", nada conflictivos, surgidos de la nada y con grandes dosis de lealtad hacia su salvador.
Solo su "capitana" tuvo ciertos privilegios, algo enmascarados por la habilidad y la astucia de Juan.
Los demás eran sus fieles vasallos, que dotados de mucha ignorancia acerca del camino que habían elegido junto a su salvador, les daría en el futuro a todos muchos quebraderos de cabeza.